miércoles, 6 de mayo de 2009

Porque éramos poco militares

En la todavía reciente Semana Santa pasada todos hemos podido escuchar, con mayor o menor interés y devoción, el recurrente misterio referente a la naturaleza dual de Cristo, la divina y la humana; dualidad que sólo la fe la hace comprensible a los cristianos practicantes. Algo similar, tanto en el arcano como en la recurrencia, viene sucediendo a la Guardia Civil desde tiempos ignotos.
Como es fácil de deducir nos estamos refiriendo a esa dualidad entre lo militar y lo civil. Sin duda la fuente primaria para intentar entenderlo es la Ley de FCS, en la que se dice textualmente se trata de un Instituto Armado de naturaleza militar y en esa misma Ley se le impone a sus miembros la obligación de cumplir unos principios básicos de actuación idénticos al resto de los cuerpos policiales que son considerados institutos armados de naturaleza civil. Esa dualidad se pone de manifiesto en gran manera en tanto que a los guardias civiles han estado sometidos durante gran parte de su existencia al Código Penal Militar y al Código Penal (civil), por otro lado también es palmario la dualidad en tanto que sus funcionarios son de los pocos que tienen una doble dependencia ministerial, de Defensa e Interior.
Resulta evidente que esta carácter híbrido ha constituido durante muchos años una fuente de desasosiego, pero no para quienes están pensando. Muchos hemos pensado que la dualidad era mala, en tanto en cuanto lo militar sólo servía para coartar y cercenar derechos, algunas veces fundamentales. Los que eso pensaban sintieron un gran alivio cuando las leyes penales militares quedaron orilladas y pasaron a constituirse en un remedo de la fuente de represión que durante años constituyeron. Al mismo tiempo una ley de derechos y deberes nos situó, 30 años después del Ancien Régime, en una sociedad democrática moderna.
Sin embargo el desasosiego era mayor en quienes veían lo malo de la dualidad desde el otro polo, la civilidad. Y parece que ha ido in crescendo. La nueva Ley de Personal que hay que aprobar es:
  • Un corta y pega (cut&fix) de la Ley de la carrera militar (39/2007).
  • Curiosamente el propio borrador reconoce que la 39/2007 no es aplicable al Cuerpo.
  • Un sinfín de párrafos en las que aparece constantemente el calificativo militar (69 veces aparece militar, guardias civiles aparece 67).
  • Para colmo se va a crear un Centro Universitario del Cuerpo, pero los oficiales que se han de formar en él como han de pasar 2 años en la AGM, sólo lo emplearán durante la mitad de su formación. Sería similar a cursar 2 años de teología y 3 de informática (Deux ex Machina aplicado).

Tendremos un bodrio de ley de personal pero la dualidad se ha resuelto: la naturaleza militar se ha impuesto y ha devenido en algo más. A partir de ella los Guardias Civiles serán los más militares, en 2ª posición estará la cabra de la legión: a ella seguro que como mucho le han dicho sólo 68 veces que es militar, a pesar de que su coeficiente intelectual y racional es muy inferior a la media de los miembros del Cuerpo, o ¿no?

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