miércoles, 29 de abril de 2009

Novedades: esto no es el CAP

Durante años vimos como existió un órgano con el que se intentaba dar un barniz de democracia al Cuerpo, una representatividad que llegó a batir la escalofriante barrera del 1% de representación. Desgraciadamente algunos lo sufrieron. Cuando acudían a él llegaba la contestación a la sugerencia en fórmulas tan pintorescas como: “… tiene V. razón jurídicamente, pero la Guardia Civil considera mejor…”. La Guardia Civil ni considera, ni piensa, ni, … es una abstracción. Los que consideran son las personas que manejan los resortes del Cuerpo. En aquellos días consideraban que bastaba con tener un ente representativo-democrático para que pareciera que el Cuerpo lo es. Ni el ente que había era representativo, ni tomaba medida alguna para sus supuestos representados.

Con las elecciones de enero parecía que esas épocas quedaban muy lejos. Desgraciadamente no es así. El Consejo (el nuevo) que ciertamente es representativo ha de comenzar su andadura con los mismos mimbres. Su primer trabajo es tener conocimiento y opinar sobre la reforma del estatuto profesional del Cuerpo y, cuando ha de empezar a hacerlo descubre que no existen ni los instrumentos jurídicos, ni las fórmulas de trabajo imprescindibles para hacerlo. Nuevamente “… la Guardia Civil no los considera necesario…”.

Es el CAP redivivo, hoy se reúne un grupo de los recién elegidos consejeros sin unos mecanismos definidos de debate, de llegar a acuerdos, de reflejarlos y hacerlos públicos... No serían precisos si los vocales del Consejo son considerados unos paniaguados que no han ejercer su representatividad democrática sino un simulacro de representatividad. En definitiva la primera reunión operativa del Consejo no tiene más valor que el que podría tener un grupo de amiguetes para debatir sobre el tema más pintoresco que se nos ocurra.

Existe un borrador de funcionamiento del Consejo en pleno, de sus comisiones de trabajo y sus grupos de trabajo, un borrador que está en capilla, pero que era preciso impulsarlo antes de entrar a considerar ninguna otra norma jurídica para que los vocales sepan al menos que van a hacer en el pleno o las comisiones de trabajo, que pueden hacer y que no y que, su trabajo tenga algún valor jurídico. Un borrador cuya aprobación debía haber sido prioritaria. Por el contrario se da prioridad a la nueva ley de personal.

¿Por qué? Todo apunta a que el objetivo era que un Consejo sin saber muy bien cómo ha de operar podía haber dado su placet con mayor facilidad a una Ley de Personal (en borrador) que es sectaria, en tanto en cuanto intenta defender unos intereses de un grupo muy determinado. Por muchos paños calientes que se intenten poner el borrador de la ley de personal, que básicamente lo constituye la Ley 42/99 y el procedimiento de integración de las escalas de oficiales y sus aledaños, se ha hecho por la ESO, para que la ESO consiga prevalecer y mientras tanto se ha intentado que el Consejo esté a por uvas.

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