lunes, 15 de junio de 2009

A quien corresponda...I

Difinitivamente se puede decir que el trámite de debate interno de la nueva Ley de Personal del Cuerpo ha acabado, aunque de forma poco clara el grupo de trabajo va a continuar trabajando el borrador

Sin miedo a equivocarnos la Ley de Personal nueva es en gran parte la de la reorganización de las escalas de oficiales. Desde esa perspectiva vamos a evaluar el proceso.

Por primera vez en el Cuerpo los grandes afectados por la reforma en ciernes han podido participar y dar sus puntos de vista canalizándolos a través del nuevo foro democrático del Consejo. Los afectados, los oficiales, han tenido un début dispar en el debate democrático.

Por una parte U.O. y A.U.G.C., demostrando una gran cintura política, han sido capaces de llegar a un consenso y entendimiento en el más genuino quehacer demócrata. Por contra A.E.D.E.S. no ha estado dispuesta a moverse un centímetro. Su propuesta rompedora con el borrador propuesto por la subdirección de personal trataba a toda costa de preservar sus privilegios de la última decada. Sintetizando su propuesta consiste en crear una nueva escala de oficiales ex-novo y conservar las 4 existentes en estadio de extinción, de esa forma se aseguran que todo cambie para que permanezca igual y, quién sabe, si dentro de 10 años retomar la reforma arrimando el ascua a su sardina.

Hasta ahí lo conocido, lo que es más o menos explícito para quien haya querido mantenerse informado.

Sin embargo hay una realidad menos conocida, más visceral. Con la unificación de escalas se han creado una serie de expectativas de la que nadie parece haberse dado cuenta de su potencia. En efecto, todos los oficiales no encuadrados en la ESO han creído ver la posibilidad de que se produjera una integración justa, sin discriminaciones y basada en el único presupuesto de que todos los oficiales del Cuerpo son iguales, que sólo los méritos en el trabajo diario y ese propio trabajo diario los hace diferentes.

Tal y como está acabando el trámite interno se muestran desilusionados. Una corriente de descontento está recorriendo la oficialidad del Cuerpo. Lo que era una leyenda urbana se ha transformado en una evidencia contrastada: existe la sangre azul y tratan por todos los medios de preservar una posible contaminación con los sangre sucia (que daño has hecho Harry).

Esa desilusión está creciendo hasta límites insospechados, porque como en toda leyenda el mitos está dejando paso al logos. Si lo único que les importa es preservar el status quo, entonces no existen valores, esencias, vocaciones u otras zarandajas. Es decir, se está empezando a extender la certidumbre de que todas esas grandes palabras sólo fueron los subterfugios con los que tener amordazados a los guardias, suboficiales y resto de los oficiales para preservar la situación de privilegio de una casta.

¿Creen posible mantener la situación anterior cuando las máscaras se han caído?

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