lunes, 15 de junio de 2009

La integración y sus actores

Ahora que han pasado 3 meses, aunque realmente ha sido más de 1 año, desde que nos asomamos al vértigo del proceso de unificación, puede ser un buen momento para recapitular y evaluar de alguna forma a sus actores:


  • En primer lugar como no podía ser de otra forma a los que llevan el timón: la Subdireción de Personal. A pesar de que desde el primer momento, desde la Comisión de Oficiales de AUGC, siempre manifestamos nuestro desacuerdo con la mímesis de nuestra Ley de Personal con la 39/2007, de la carrera militar, de alguna manera nos ha ido sorprendiendo progresivamente con la capacidad de diálogo que, sobre todo, el Subdirector de Personal ha mostrado.
    Efectivamente ha empleado el tiempo que tenía y el que no en sondear, dialogar y tratar de alcanzar acuerdos con todos los sectores implicados. Ya sabemos que tratar de llegar al entendimiento con todas las sensibilidades implicadas es difícil, pero más difícil es si no se conocen de antemano y la única herramienta eficaz para hacerlo es, sin duda, el diálogo democrático. Por ello enhorabuena.
    No quiere decir, ni mucho menos, que compartamos sus posiciones. Sin duda sus presupuestos están demasiado impregnados de la legislado en las FAS, sin dar cabida suficiente a la singularidad del Cuerpo: único Cuerpo de carácter militar desplegado en la nación, para realizar funciones civiles con una profesionalidad desde los empleos más bajos que no se alcanza en las FAS. Pero lo realmente importante es que haya diálogo, consenso y acuerdos.

  • Las asociaciones. Realmente el camino iniciado es nuevo, incierto y desconocido. Sin embargo en su mayor parte lo están abordando como cabía esperar con la mayor paciencia, capacidad de negociación y, en ocasiones, aceptando condiciones mínimas para intentar que la aventura democrática del Cuerpo no naufrague nada más empezar. En particular hay que felicitarse de como las asociaciones que mayoritariamente representan a los oficiales del Cuerpo han llegado a consensuar un comunicado conjunto, en el que renunciando a parte de sus programas, se comprometen con un proyecto de mínimos que busca darle una posibilidad al consenso democrático capaz de propiciar una escala de oficiales unificada cohesionada, moderna y eficiente, que es la que precisa el Cuerpo. Por ello también enhorabuena para las asociaciones.

  • Mención aparte merece la Agrupación, asociación de hecho que no de derecho es una incógnita permanente: como nunca tuvo programa es difícil saber que busca. Como ya dijimos en otra parte se trata de la asociación que sin existir ha sido la más homogénea e impenetrable. La que sin programa ha arrasado entre sus electores ...
    En ocasiones todo parece indicar que és la única asociación corporativa existente. Mientras las asociaciones propiamente dichas buscan la mejora general del Cuerpo con guiños sectoriales puntuales, la Agrupación no parece buscar otra cosa que la mejora de un sector, mejor dicho la continuidad en una situación de privilegio de un sector. Por ello, a diferencia de a los dos grupos anteriores creemos que no podemos felicitar a éste.
    Es más en instituciones democráticas este tipo de agrupaciones no suelen resultar saludables para la continuidad democrática del sistema porque prescinden de sus presupuestos básicos: publicidad en sus reivindicaciones, incapacidad de alcanzar consensos negociando a la baja sus pretensiones y, como se puso de manifiesto en la campaña electoral al Consejo, empleo de fórmulas sectarias en la transmisión de su mensaje a la posible clientela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario